En estos momentos de dificultades económicas en los que se habla
tanto sobre los apuros que padecen algunos ayuntamientos para hacer frente al
pago de sus proveedores, me ha parecido muy interesante traer a estas páginas
un hecho, que aunque tiene casi 200 años, podría pasar perfectamente como
actual.
Es notorio, que en épocas realmente duras, como la guerra de la
independencia española, muchas actividades se paralizan o se cancelan, mientras
que unas pocas, las que tienen que ver con el armamento y la equipación de la
tropa, vivan periodos de productividad intensiva, que no siempre tienen una
relación directa con un mayor beneficio económico.
Y para muestra tenemos el caso de Lorenzo Blanco, maestro herrador
y vecino de la localidad de Méntrida, que entre los años 1810 y 1813 estuvo
trabajando herrando los caballos del ejército español y abasteciéndolo de otros suministros por valor de 5000 reales, que
debía abonarle el ayuntamiento de Méntrida y cuyo pago, en enero de 1815
todavía no se había producido.
Con estas palabras demandó justicia ante el fiscal: ”Lorenzo Blanco, vecino y maestro herrador
de la villa de Méntrida, a vuestra autoridad con la debida atención expone, que
de orden y mandato de los alcaldes de ella a los años 1810, 811, 12 y 1813 ha
suministrado las herraduras, que ha necesitado la tropa española, echándolas
por su propia mano y sin embargo de que el exponente es un artesano, aunque honrado,
sin otros fondos ni medios que los que le proporciona su trabajo y sudor en su
rostro, le están debiendo más de 5000 reales de modo que la falta de esta suma
para él de tanta consideración le tienen constituido en los mayores apuros. Por
tanto pues, señor, ya que no han bastado sus repetidas instancias verbales y
atentas a vuestra alteza suplica se sirva librar su superior orden para que los
alcaldes de los referidos años le liquiden la cuenta a los suministros y le
paguen respectivamente lo que de ella resulta sin excusa, ni pretexto…”
Por desgracia no queda constancia del
veredicto, por lo que no sabemos si finalmente cobró su deuda, ni tampoco
sabremos si de existir en aquellos tiempos un decreto ley para la
financiación del pago a proveedores como el aprobado recientemente en
consejo de ministros, se hubiera acogido al mismo.
Documento
original: CONSEJOS,L.1404,Exp.68
Archivo
Histórico Nacional
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