Por todo el
mundo es conocida la importancia que las comunicaciones ejercen en el
intercambio cultural y comercial, agentes que a la larga originan el progreso
de los pueblos. La civilización romana potencio estos factores creando una red
de vías como nunca antes se había imaginado.
Nuestra
provincia, parte de la Carpetania romana, era cruzada en distintos puntos por
algunas de las más importantes calzadas, que incluían a la ciudad de Toledo
dentro de su itinerario. Y aunque las fuentes históricas son escasas, teniendo
tan sólo como referencia el Itinerario de Antonino (s. III) y el anónimo de
Rávena (s. VII), sabemos que este municipio era cruzado por la calzada que desde
Toletvm (Toledo) se dirigía a Torrelivm (Torrijos), para desde allí continuar
hasta Caesarobriga (Talavera) con un trazado similar al de la actual A5.
Evidentemente,
estas vías unían ciudades y villas pero en ocasiones estas nacían en función de
la existencia de una calzada. No sabemos cual de estas dos situaciones se dio
en el complejo localizado en el pago de Banegue (s. III), quizá ninguna de las
dos, es difícil sacar conclusiones con la escasez de datos existentes.
En los
siguientes periodos de la historia, visigodos y musulmanes continúan utilizando
estas calzadas. En este último caso las vías romanas permitieron una gran
movilidad en la conquista de la península. Ya en plena reconquista, Alfonso VI en
la 2ª fase de la campaña por la toma de Toledo, mueve algunas de sus tropas
desde Escalona, bajando hasta Olías del Rey, donde establece su campamento.
Las calzadas
se van perdiendo y olvidando con el paso de los siglos para dar paso a otros
nuevos caminos, como el de Santiago que pasa por Rielves, al menos el ramal que
parte de Alicante y atraviesa Murcia, Albacete, Toledo y Ávila para unirse en
Astorga con el camino principal.
Es a partir
del siglo XVI cuando comenzamos a disponer de mayor calidad y cantidad de datos
así, en el año 1.544 se habla de la ruta
de los mendigos, que pasaba por Almorox, Escalona, Maqueda y el resto de municipios
que, al igual que Rielves, actualmente son cruzados por la N-403. Y es que el
trazado de esta carretera se basa en un antiguo camino real como queda
reflejado en las relaciones de Felipe II, cuando en el año 1.576 se dice de
Rielves: “...dicho lugar es pasajero y esta en camino real desde Toledo a Santolalla
y para la Vera
de Plasencia y hay en el dicho lugar dos mesones y una venta que esta en el término
del dicho lugar y en el camino real que va desde Toledo a Medina del campo y a
Valladolid que es la dicha venta de Alonso Romo...”
También en
este siglo en el llamado “Repertorio de Meneses” se habla de un camino entre
Toledo y Ávila, con una distancia de 21 leguas y que se aproxima a la actual
N-403 aunque pasando por algunos puntos curiosos como Novés y Huecas.
En el último
cuarto del siglo XIX la construcción de
la línea de ferrocarril Madrid-Cáceres-Portugal
supuso para Torrijos un impulso económico extraordinario hasta convertir
esta población en la capital comercial de la comarca, al igual que ocurrió con Illescas
por el mismo motivo. Al mismo tiempo se comenzaba la construcción de la red de
carreteras de primer y segundo orden. En nuestro caso, el tramo de primer orden
Toledo-Ávila tenía construido un primer
tramo Toledo-San Martín de Valdeiglesias en el año 1.855.
Tanto en el
pasado como en la actualidad, contar con importantes vías de comunicación ha
sido esencial en el desarrollo de los pueblos, la construcción de la nueva
autovía que cruza estas tierras quizás sea un nuevo impulso de progreso para
este municipio. El tiempo lo dirá.
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