martes, 10 de junio de 2014

Nuestros pueblos a mediados del s. XIX (3) Casarrubios del Monte I

Publicado en la revista Camarus, julio 2012

         Debido a la cantidad de información que el diccionario Madoz nos ofrece sobre Casarrubios, dividiremos la descripción de este municipio en dos entregas.
  
Casarrubios del Monte (1)

Villa con ayuntamiento en la provincia  y diócesis de Toledo (7 leguas), partido judicial de Illescas (3 leguas) (*), audiencia territorial de Madrid (7 leguas), capitanía general de Castilla la Nueva. Situada en terreno quebrado y dividida de este a oeste por un torrente, reina un clima vario, dependiendo de los vientos más constantes, que son, bien de los montes de Toledo,  oeste, o de los puertos de Ávila, norte. Los primeros traen las lluvias, los segundos son fríos, sin que por esto deje de ser bastante sano, sin conocerse enfermedades endémicas. Tiene 340 casas, entre las cuales se encuentran algunas muy buenas, que demuestran la antigua grandeza de esta villa. Forman una plaza y 30 calles irregulares y mal empedradas. Hay casa de ayuntamiento situada en la plaza, cárcel en edificio separado, escuela de niños, dotada con 2.880 reales de los fondos públicos y 300 para casa, a la que asisten 120 alumnos, 2 hospitales, uno para enfermos vecinos del pueblo, de los cuales puede sostener hasta 6 camas y aunque fundado antiguamente, fue restablecido por Don Antonio de Arce y Alemán, legándole su hacienda. Este mismo señor impuso en gremios 75.000 reales para sostener una cátedra de latinidad, de cuya escritura y fundación ha tomado posesión en este año de 1846 el instituto de segunda enseñanza de Toledo. El otro hospital, llamado de Corpus-Cristi, es donde se albergan las viudas pobres, a las cuales se les da además un vestido todos los años, un exconvento de frailes agustinos calzados, bastante espacioso y cómodo, sin que en él haya de notable otra cosa que un sepulcro de mármoles blancos y negros, muy bien adornado con relieves de algún mérito, está colocado en la iglesia al lado del evangelio junto al altar mayor y se lee en su lápida la inscripción siguiente:
Soli Deo honor et gloria.

Aquí yace Bernardo de Oviedo y Puelles, del consejo del rey N.S.D. Felipe III y IV, su secretario y de los descargos de las majestades cesárea y católica de los reyes de Castilla, mayordomo mayor y secretario del Excelentísimo Señor Don Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal y arzobispo de Toledo, arcipreste de Guadalajara, primero y perpetuo patrono de este santo convento, él y sus sucesores: murió año de 1849
R.I.P
Este convento se edificó a causa de haberse arruinado otro que hubo algo distante del pueblo; otro convento de monjas bernardas recoletas, más moderno y bastante mejor conservado, sin embargo de haber sufrido mucho en un incendio el año 1812, del que se repuso después, es muy cómodo y tiene una espaciosa huerta con una fuente de agua potable, sin que haya en él ninguna otra cosa particular; la parroquia de Santa María, hoy única del pueblo, en la cual se halla la capilla llamada de Pareja, perteneciente a los señores de este apellido, y en ella se encuentra un sepulcro de mármoles blancos y negros con la siguiente lápida:

Aquí yace el doctor D. Juan Pareja, catedrático que fue en la universidad de Salamanca, oidor de la Real Chancillería de Valladolid y en los consejos de Hacienda e Indias y Supremo de Castilla. Falleció en 4 de diciembre de 1651.

Esta parroquia está servida por curato de término de oposición y provisión ordinaria. Entre las ruinas de este pueblo se enumeran las antiguas parroquias de San Andrés, el palacio de los condes de Miranda, perteneciente a la Señora condesa viuda del Montijo y el castillo, que debió ser fortaleza muy considerable en sus tiempos. Hasta el año 1837 tuvo 2 cañones que entonces se llevaron al Alcázar de Toledo, y en 1843 regaló la señora condesa al parque de Madrid otros 2, que por su antigüedad y particular construcción no carecen de mérito.  La antigua parroquia situada cerca del exconvento de San Agustín era la mejor del pueblo; se ignora la época de su construcción, pero por las riquezas que en ella había y por su solidez debió ser edificada y alhajada cuando la villa estuviese en todo su auge. En el año 1825 se conservaban todos sus altares perfectamente cuidados y algunas buenas esculturas en ellos, pero en este año cayó una exhalación que incendió la torre y destrozó parte de la iglesia, por cuya razón fueron trasladados a la de Santa María los objetos más notables, a saber: un cuadro que representa el martirio de San Andrés, original del célebre artista Sebastián Muñoz, un Jesus Nazareno y una urna sepulcral para conducir a Jesús el Viernes Santo, cuando el sagrado acto del entierro, que tal vez sea la mejor pieza de su clase. Fue regalo de Francisco Gallego e Isabel García Milla, en el año 1783, sin que conste su autor. Unido a las ruinas de esta iglesia se halla el cementerio y más lejos al norte, una ermita titulada de San Sebastián y vulgarmente de Nuestra Señora de la Salud, a cuya imagen se hace función en romería el primer domingo de mayo.

(*) Cuando el río Guadarrama no está vadeable,  hay que andar 6 leguas, extravío considerable y error de la última división territorial, pues antes que este pueblo era de la provincia de Madrid, pertenecía al juzgado de Navalcarnero, que dista 2 leguas y sin impedimento en ninguna estación.

Bibliografía:
Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar

Pascual Madoz 1845


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