A
finales de 1811, en el ecuador de la guerra de la independencia española y aún
inclinándose la balanza del lado de las tropas francesas, las guerrillas, que
se habían multiplicado en el año anterior,
se extendían por casi toda la geografía hostigando al enemigo en
aquellos lugares donde los grandes ejércitos no tenían presencia. En nuestra
comarca, operaba la partida de los Húsares Francos de Casarrubios, que al mando
del Comandante Faustino Sánchez e integrados en el 5º ejército, recorrió
numerosos pueblos de la provincia.
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General Castaños |
El 15 de diciembre de 1811 el comandante remite al general en jefe
de este ejército, el General Castaños, un parte sobre las actividades
realizadas por su unidad durante los 2 meses anteriores, que a continuación
paso a resumir.
El 23 de octubre la partida cruzó el Tajo llegando de madrugada a
Alcabón y tras descansar unas horas retomó la marcha viajando hacia Nombela,
donde tras atravesar el camino real, se encontró con las tropas enemigas, por lo que tuvieron que replegarse llegando
hasta Torrijos. Allí topó nuevamente con
una guarnición de 500 hombres de los que pudo evadirse siendo perseguida por
unos 50 jinetes a los que no pudo hacer frente por estar la caballería
cansada.
La elevada presencia de enemigos por la comarca, hizo que el
escuadrón tuviera que dormir continuamente en los campos, alimentándose pésimamente pues los enemigos
habían dejado arrasada la comarca.
El 17 de noviembre, teniendo noticias de que el comandante francés
de Novés había organizado una gran cena con baile amenizada con la banda de
Santa Olalla, se dispuso el escuadrón a interceptarles en el camino por donde
debían pasar, lo que no fue posible al tomar dicha banda un camino distinto.
Ante la nueva situación optó Faustino Sánchez por entrar
en el pueblo interrumpiendo la diversión y sobre las 10 de la noche lanzó el
ataque con sus 30 hombres, pudiendo únicamente matar al centinela enemigo. Aun
no siendo acertado el lance, al menos se suspendió la diversión y los franceses
tuvieron que estar formados en la plaza toda la noche.
Una semana más tarde, el 26 de noviembre, desertaron 2 franceses que se habían unido al
escuadrón, presentándose al comandante de Navalcarnero. Tras conocer este hecho,
Faustino Sánchez envió un oficio al
mencionado comandante que ajustició a los desertores en Santa Olalla.
Días después, el 2 de diciembre, salió la partida de Méntrida, en cuyos campos
estaban acampados, con dirección a la
Torre de Esteban Hambrán y al salir al camino real se hicieron con un carro, tres mulas y un prisionero
francés, pero debido a un chivatazo de algunos españoles, rápidamente cayó
sobre ellos un grupo de soldados franceses con los que se estuvieron batiendo
durante más de 3 horas. Como resultado de la batalla, resultó muerto un oficial
y 3 soldados franceses.
Se retiraron ya de noche en
dirección nuevamente a Méntrida, acampando en las afueras de otro pueblo cercano,
con la finalidad de descansar allí por un tiempo, cuando en poco más de cuarto
de hora un grupo de soldados franceses cercó la partida por todos lados
haciendo una descarga en la que murieron 3 caballos y tomaron 6, no habiendo
ninguna baja ni prisioneros del bando español.
El comandante de los
Húsares Francos de Casarrubios, Faustino Sánchez, debió ser un hombre de
acción, quizás un poco temerario y que dejaba poco tiempo para el descanso. Así
al menos lo indicaban los soldados que desertaban de la partida. Se quejaba el comandante de que sus
subordinados desertaban por cobardes, habiéndole
abandonado en fechas recientes 17
soldados recién uniformados con caballos y aperos entre los que se encontraba
un oficial de Alcaudete y dos sargentos, uno de Cañamero y el otro de El
Carpio. Estos desertores se apuntaron a las filas de la partida de Juan Paralea
por lo que Sánchez se presentó ante él para exigir la devolución de los
caballos, uniformes, aparejos y el castigo de los desertores, con una orden
firmada por el General Castaños para que cualquier individuo que hubiese
desertado de los Húsares de Casarrubios y se encontrara en cualquier otra
partida, fuera devuelto al comandante Sánchez, ya que contaba sólo con 30
hombres y un gran número de desertores entre las filas de otros escuadrones.
Documento
original: DIVERSOS-COLECCIONES,130,N.5
Archivo
Histórico Nacional
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