miércoles, 11 de junio de 2014

El milagro de Berciana (III)

Publicado en la revista Camarus, marzo 2014

Terminamos con esta entrega, la narración de la aparición mariana:

“Hice mucha cura por ver la carta, que la santa virgen había dado al pastor Pablo Tardío, quien me hacía saber e todos los de este pueblo me lo atestiguan habían puesto en la custodia, y no la pude hallar, ni quien me hiciese noticia de cómo faltaba. Loado sea Dios, que en estos tiempos tan revueltos, más cura hacen los hombres de las armas, que de las historias, y más en la guardia de sus haciendas, que de los papeles y noticias. ¡Loada sea la Virgen María en Berciana aparecida, que envió tal reliquia! Amén.

Ordenóse luego al punto una devota y arreglada procesión de los sacerdotes, justicia y plebe compuesta y cantando la letanía de Nuestra Señora, caminaron presurosos (aunque en orden puestos) del pastor Pablo Tardío guiados, a la dichosa dehesa de Berciana. Llegaron al sitio y tronco cortado de la encina, pusiéronse todos de rodillas, derramando tiernas lágrimas, y afectuosas súplicas, y luego cavaron con mucha reverencia a la misma raíz del cortado tronco de la encina y a poca diligencia hallaron una arquita de madera, sacáronla de la tierra, diciendo en altas voces: ‘¡Aquí está la imagen de Nuestra Señora, aquí está el tesoro que buscamos, y aquí está la efigie de nuestra soberana reina!’.

Abrieron la feliz arquita lo dos sacerdotes y vieron, ¡oh maravilla! registraron ¡oh prodigio! Dentro de ella a esta nuestra poderosa y sacrosanta imagen de María Santísima, quien de su divino rostro despedía tantas luces y resplandores, que a todos causó admiraciones. Y exhalaba tan subidos olores y fragancias, que a todos inundaron de tantos consuelos, que pasaron algunos de los circunstantes a quedarse absortos, pues niel olfato podía sufrir tanta abundancia de suavidades, ni los ojos tolerar tanta copia de luces como salían de la imagen de nuestra señora.

Estaba vestida la soberana imagen de Nuestra Señora con una camisita de antiquísimo lienzo, su juboncito antiguo de damasco, al parecer azul, del cual pendía una basquiña o saya de la misma tela, sin más adorno que una franja negra, cairelada, en la parte inferior, cuyo vestido hoy le tiene puesto; y me dicen todos haber intentado quitársele para ponerle otro, y no haber podido. Es más largo que la sacrosanta imagen, e ignoro el misterio. ¡Alabada sea por siempre jamás! Amén.

Extendió el cura la mano a la sacrosanta imagen de Nuestra Señora, sacóla del arca, y enseñóla a la gente, que ya por verla se atropellaban unos a otros impacientes; pero, al verla en las manos del cura, todos se pusieron de rodillas, venerando a María Santísima en su imagen aparecida; lloraban de puro alegres y más con lágrimas, que con palabras, la daban gracias infinitas. Volvieron luego la soberana imagen a su arquita, y cogiéndola el cura entre los brazos, la trajeron en procesión a Méntrida. Colocáronla, metida en el arca, en el altar grande de la iglesia, en donde hoy se venera con mucha devoción, no sólo de todos los vecinos de este pueblo de Méntrida, sino también de otros lugares circunstantes y distantes, que vienen cada día a hacerla fiestas, a tributarla cultos y adoraciones, y a pedirla en sus necesidades remedio, con quienes hace, y ha hecho muchos milagros. ¡Loada, y alabada sea!. Amén.”

Actualmente no hay constancia ni de la ubicación de la cueva ni del tocón, ni siquiera la imagen que se venera en la ermita es la que se indica en la historia, que fue destruida en el 36, pero aún se mantiene, como recuerdo del episodio, la cruz que se levantó en el punto donde los demonios intentaron detener al pastor con empujones y silbidos y que toma precisamente de este hecho su nombre: la cruz de silba.



El milagro de Berciana (II)

Publicado en la revista Camarus, febrero 2014

Continuamos con la narración de la aparición de la Virgen en Berciana:

“Obedeció el pastor a lo que la soberana reina le mandaba, y dejando sus cabras, sin más replica, corrió a Méntrida con acelerado paso, apenas entró en este lugar, cuando comenzó a dar voces publicando el maravilloso suceso, llegó al teniente cura, que se llamaba Fortunato Vidal, intimóle la comisión que traía, y el cura no dándole crédito, comenzó a reírse del pastor, instaba este en su demanda, juntóse la justicia, Lope Rodríguez y Faustino Gómez, llegóse Antonio Moreno padre de misa, a todos declara Pablo Tardío el suceso y lo que les mandaba la reina soberana de cielo y tierra que quedaba en la dehesa de Berciana y así que fuesen a sacar su soberana imagen, que estaba allí escondida. Ninguno de estos, como de otros muchos que a la novedad se juntaron, quisieron creer al pastor, antes bien hicieron de él burla y de lo que decía ningún aprecio, tratáronle de fatuo, tonto y novelero, y que como tal, venía a engañar al pueblo con aquella fantasía, que había soñado, que se volviese a sus cabras a contarlas aquellas locuras y patrañas y si no, que le pondrían como a loco preso en una cadena.

Vióse el pastor Pablo Tardío no creído, conoció, que a sus palabras no se había dado asenso, camina presuroso a la dehesa de Berciana lleno de penas, y sentimiento, llegó al sitio en donde se le había aparecido la sacrosanta reina y suprema señora María Santísima, no la encuentra, ni con sus ojos la registra y aquí creció más su dolor y tormento, buscó con cuidado a la divina señora, vuelve y revuelve el tronco cortado de la encina, y como no hallaba señal, ni noticia, comenzó a llorar amargamente y lleno de notable desconsuelo se retiró a su cabaña, en donde halló todas sus cabras recogidas, paso toda la noche rezando y llorando, ya se consideraba indigno de que tan alta señora en aquel sitio y lugar le esperara, ya atribuía a sus culpas la ausencia de la reina de el cielo y tierra y ya dudaba, si había sido verdad, o fantasía lo que le había sucedido. Inclinábase unas veces a que había sido ilusión, y engaño de sus sentidos y que así con razón había sido despreciado y no creído, otras veces le persuadía a que lo creyese por verdad, y lo tuviese por cierto, una interior confianza en Dios y un superior impulso, que le certificaba haber sido la visión cierta y verdadera y así estuvo el pastor toda la noche luchando con estas dudas de pena, dolor, lágrimas y sentimientos acompañadas.

Comenzó a desabrochar botones de perlas el alba y el pastor, de humilde confianza lleno, salió de su cabaña o choza, enderezó sus pasos a la pequeña cumbre de la dehesa y al descubrir el tronco cortado de la encina, registróle florido y fecundo con la vara sacrosanta María Santísima, de la misma forma que antes se le había aparecido, constóse muchísimo el afligido pastor y postrado en la tierra, la refirió lo que le había pasado en Méntrida. ‘Señora, que no me quieren creer, responden a lo que les dije de orden tuya que es sueño, fantasía y mentira, levantada de mi cabeza, que soy un tonto y que no se debe hacer caso de mi dicho’. A estas palabras se digno la purísima Virgen responderle diciendo: ‘Toma esta carta, vuelve con ella a Méntrida, entrégala por señal, que a ella darán fe y a todo lo que has dicho entero asenso y creencia’. Levantóse el pastor del suelo y recibiendo con suma reverencia y acatamiento la carta de mano de Nuestra Señora, caminaba presuroso con ella a Méntrida, pero al dar vista al lugar, le salieron los demonios en varias y horribles figuras al encuentro, procuraron detenerle y le instaban a que atrás volviese, pero como no pudieron, con golpes y empellones le maltrataron.

Apenas le vieron las gentes, cuando comenzaron a hablar unas con otras: ‘allí vuele el tonto, y sobre tonto, porfiado, ello es sueño, y si no es sueño está loco, hay mayor delirio, pues nos quiere persuadir una cosa tan difícil de creer ahora estuviera la virgen María escondida en Berciana’. Pero el pastor, con claras voces, prorrumpió en estas palabras: ‘¡Ea señores!, ya me creerán lo que ayer, de parte de la señora reina María Santísima les dije; ahora me vuelve a enviar para que den crédito a lo que les digo, que vayan a Berciana a sacar, y descubrir una imagen suya, que está allí escondida y para que sepan que es cierto y verdad lo que les refiero, tomen esta carta, que es la señal que me ha dado, para que os la entregue.’

 Tomó el cura la carta y habiéndola leído delante de todos, ya de temor, ya de alegría y regocijo se quedaron como absortos y pasmados, mirándose unos a otros y luego que se recobraron de la admiración que les causaba tan prodigiosa novedad se postraron en tierra, dando gracias a la reina y señora María Santísima. Dieron al pastor entero crédito, besaban y veneraban la carta como a cosa bajada del cielo y cada vez que esto ejecutaban, sentían en sus corazones júbilos y contentos. Divulgaron el prodigio por todos los lugares circunvecinos, para que todos fuesen participantes de tan admirable portento.”…



El milagro de Berciana (I)

Publicado en la revista Camarus, enero 2014


Con la llegada de los musulmanes a la península y ante el miedo al saqueo y profanación de los lugares de culto cristiano, se ocultaron por toda la península imágenes y otros elementos de valor, con la esperanza de que la contienda fuera breve y por tanto pudieran ser prontamente recuperados.

Pero los acontecimientos se desarrollaron de otro modo y el paso de los siglos de ocupación islámica hicieron olvidar aquellos tesoros escondidos, algunos de los cuales terminarían emergiendo con el tiempo, fruto del azar o de episodios extraños.

Estas preocupaciones debieron compartir los habitantes de Bercicalia[1] que escondieron en una cuevecilla la imagen de su virgen al comenzar la invasión. Es de suponer que la población fuera abandonada durante el periodo islámico y el tiempo acabara borrando el rastro de la misma, hasta llegar al espeso monte de encinas, donde siglos más tarde la imagen sería descubierta el 24 de abril de 1270 por un pastor de cabras mediante indicación de la Virgen María.

El año de 1293, el por aquel entonces cura de Méntrida Braulio Gómez, conoció a dicho pastor; Pablo Tardío y recogió su relato en 5 hojas de pergamino que durante un tiempo fueron custodiadas en el monasterio benedictino de Santa María la Real de Obona (Asturias), hasta que siglos después, fray Luis de Solís los trasladó junto con otros documentos al convento de la villa de Camarena, sirviéndole de base para la publicación del libro “Historia del prodigioso aparecimiento de la milagrosa y soberana imagen de Nuestra Señora de la Natividad” (Madrid 1734).

La narración incluida a continuación, y que por extensión, dividiremos en varias entregas, es la transcripción que originalmente hizo Braulio Gómez de las palabras del pastor:

 “Vive este año de 1284 del nacimiento de Nuestro Señor, y redentor Jesucristo, en este lugar de Méntrida, un hombre de 60, Pablo Tardío llamado. Empleábase este en guardar cabras, a quienes pastoreaba para la conservación de su vida, en los montes y dehesas a esta población de Méntrida cercanas, siempre que entraba con sus cabras en la dehesa de Berciana, sentía en su corazón no sé qué misteriosa novedad, que ya le causaba alegrías y ya la infundía temores y esto le acaecía con mayor fuerza los sábados, pues en todos, por espacio de más de 10 años, hacia un pequeño cerro, que está a la otra banda del arroyo, unas veces oía música, que le alegraba, otras veces, estruendos, que le atemorizaban y por las noches, advertía muchas candelillas encendidas, que circundaban el pequeño cerro. Juzgaba este pastor, que era ilusión de sus sentidos, o patraña del enemigo y así no hacía caso de ello, antes bien se encomendaba a Dios y a su Madre Santísima por medio de sus oraciones. 

Un día que se aumentaba la música, sintió en sí el pastor Pablo Tardío impulso superior de subir a la pequeña cumbre, para saber cual fuese la causa de tanto sonoro instrumento, púsole muy de veras en Dios, y con humildad, y temor comenzó hacia la cumbre a caminar y al llegar a ella, vio, advirtió, y registro, que estaba patente y a lo descubierto la reina soberana de los cielos y tierra María Santísima Señora Nuestra, a quien servía de alfombra el tronco pequeño de una cortada encina, estando María Santísima colocada sobre él, como sobre un precioso trono de zafiro, al ver tal prodigio, quedóse el pastor lleno de temor, admiración y espanto. Admirábase de la hermosura, y belleza con que la Soberana Señora, resplandecía y brillaba, causábale terror, y espanto lo nuevo y peregrino de suceso tan elevado, como de sus ojos nunca visto, ni aún de su entendimiento imaginado, enajenados los sentidos, no acertaba a hablar y embarazadas las potencias con visión tan prodigiosa, no podía discurrir en lo que había de ejecutar, arrojóse humilde y reverente al suelo, adorando y besando la tierra, que pisaba tan soberana, como prodigiosa reina.

Y estando Pablo Tardío postrado en el suelo, la Virgen le habló: ‘Anda, Pablo, a Méntrida, da cuenta de lo que estás viendo y de mi parte dirás a los sacerdotes y justicia, que vengan con reverente procesión a este sitio, y saquen una imagen mía que está aquí oculta, para que la lleven a colocar a su iglesia, pues quiero enriquecerlos con ella y de los peligros y ahogos sacarlos y libertarlos.’

Alentado el pastor Pablo Tardío, con estas dulcísimas palabras de María Santísima, se levantó de la tierra y puesto de rodillas, cándido y sencillo la respondió de este modo: ‘Señora, con mucha voluntad iré a Méntrida a dar la tan grande nueva, haciendo lo que me mandas, pero no hay quien me guarde mis cabras y se me perderán mientras que voy y vengo’. A este temor de Pablo Tardío, satisfizo la clementísima reina diciendo: ‘No temas que tus cabras se pierdan, yo seré pastora de ellas y así ejecuta lo que te mando que tu ganado a mi cargo queda.’”...



[1] Antigua población romana ubicada en la dehesa de Berciana (Méntrida) de la que tratamos en algún número anterior.

El Crimen de San Andrés

Publicado en la revista Camarus, octubre 2013

Tan sólo un año después del comienzo de la invasión peninsular por los ejércitos de Napoleón y ante los continuos fracasos militares de las tropas españolas comenzaron a proliferar los grupos de guerrilleros, ciudadanos de distintos estratos sociales, sin ninguna preparación militar la mayoría de las veces, que movidos por sentimientos patrióticos y/o la necesidad de mantener sus pertenencias ante el pillaje del invasor, se organizaron en las llamadas “partidas” para combatir junto al ejército regular unas veces o por su propia cuenta otras, emboscando y hostigando a los franceses, contando como principales virtudes con el conocimiento del terreno y la facilidad para dispersarse y reagruparse.

Por lo general, eran grupos disciplinados, que contaban con cierta regulación; en 1809 se había publicado un decreto regulador del Corso Terrestre y 3 años más tarde el “Reglamento para las partidas de guerrilla”, que pretendía reorientar la conducta y organizar el funcionamiento de las mismas.

Los franceses y las autoridades españolas afines se afanaban en presentar a las partidas como bandoleros hasta el punto de que el general francés Soult expidió el siguiente decreto: "No hay ningún ejército español fuera del de S.M. católica Don José Bonaparte. Así que todas las partidas que existan en las provincias, cualquiera que sea su número y cualesquiera que sean sus comandantes, serán tratadas como reuniones de bandidos y los individuos de ellas cogidos con las armas en la mano, serán fusilados y sus cadáveres expuestos en los caminos públicos

Lamentablemente, en todo conflicto se producen víctimas inocentes, como sucedió en el despoblado o dehesa de San Andrés, que en 1810 se situaba dentro de la jurisdicción de Chozas de Canales, en los límites con Casarrubios y Camarena (en la actualidad pertenece a este último municipio) y de la que era propietario por aquel entonces el Conde de Cedillo.

La noche del 15 de mayo de aquel 1810, la partida dirigida por un vecino de Casarrubios apodado “Cacharro” llegó a la finca previsiblemente con el propósito de conseguir avituallamiento, encontrando en la casa del guarda a  su morador; Felipe Esteban que custodiaba dos ollas de tajadas, un pellejo de vino y bastante pan y  al preguntarle para quien eran las viandas y resistiéndose a descubrirlo, uno de la cuadrilla le echó la mano al cuello y lo sacó de la casa, disparándolo en el pecho y arrojando posteriormente su cuerpo a un pozo.

Testigo de ello fue Matías Valdés, vecino de la villa de Chozas de Canales y alcalde único ordinario del despoblado, que habiendo sido alertado en numerosas ocasiones de que el guarda de la dehesa patrocinaba ladrones o que lo era también, acudió casualmente esa noche a la dehesa y se encontró con el suceso.

En el documento original Valdés, no especifica si fue testigo oculto o permaneció junto al guarda durante su asesinato, pero si deja claro su temor, cuando presenta denuncia ante la justicia, de que no quería exponer su vida y que tan pronto llegase la noticia de ella a oídos de la partida, le darían muerte, por lo que solicitó que no se hiciese mención alguna a su persona de haber dado cuenta del asesinato.

En su declaración, Valdés dejó ver que por la conversación que mantuvieron el guarda y “Cacharro” estos se conocían y la partida acudía con frecuencia a la dehesa pero lamentablemente tanto el auténtico motivo del asesinato como las intenciones de la partida nunca se conocerán.

Documento original: CONSEJOS,L.1401,Exp.49 (Archivo Histórico Nacional)


Algunos datos sobre la antigua población de Bercicalia (Méntrida)

Publicado en la revista Camarus, agosto 2013

El paso del tiempo no sólo acaba con personas y cosas, en ocasiones bruscos cambios sociales provocados por desastres naturales o las acciones bélicas han puesto fin a poblaciones y ciudades de fuertes cimientos culturales.

Una muestra de ello es la ciudad de Bercicalia, de ignoto pasado y que se levantó al oriente del actual término municipal de Méntrida.

Según la leyenda, fue fundada esta villa por el rey Brigo o Brigio, cuarto nieto de Noé, que habría llegado a estas tierras por mar, tras el Diluvio Universal a finales del segundo milenio antes de Cristo. Y en su honor, tomó el nombre de Brigij-calia o Brigo-calia (castillo o ciudad de Brigo), que con el transcurrir de los años se transformó en Bercicalia y muy posteriormente en Berciana, como se conoce actualmente al paraje donde se situó la villa.

En relación al nombre, algunas fuentes aseguran que Brigo significaría abundante, saludable y Calia o Cala, haría alusión a la voz griega Calos; hermoso y delicioso. Otras en cambio, traducen Calia como campo cultivado.

Sea quien fuere su fundador, lo que parece no tener discusión es su origen prerromano, aunque es justamente con la llegada de Roma, cuando la población llegó a su momento de mayor desarrollo. El Conde de Mora en su libro “Historia de la imperial, nobilísima, ínclita y esclarecida ciudad de Toledo” (1654) indica en alusión a Berciana “hanse hallado en esta dehesa grandes ruinas de población romana”.

Se documentan igualmente algunas inscripciones grabadas en piedra con varios filetes y diversos epígrafes:

Una adornada con un sol o rueda de carro y el texto “A Aulo Mumion Anteroz, natural de Bercicalia, hijo de el Cinio, de 60 años que yace aquí sepultado”.

Otra con lo que parece el dibujo de un grifo y que reza: “La república espléndida e ilustre de los Bercicalienses pone estatua a Aulo Mumion, hijo de Cayo Cinio, que fue uno de los dos que la gobernaron y su questor[1] cinco años”.

Otra más: “Auro Atecio Bercicaliense, hijo de Q. Alon, de 40 años, está aquí sepultado. Séale la tierra ligera.

Y una columna cuadrada, de 2,5 metros de alto, fue encontrada posteriormente a la publicación de dicho libro, hacia 1694. Presentaba una leona que en una garra portaba un cetro y bajo ella la siguiente inscripción “A Brigo, Rey y fundador, la República Brigij-calia dedico esta columna de buena voluntad”. Desgraciadamente, la columna fue partida con el fin de servir de peanas para las Cruces del Santo Calvario y con el tiempo las letras desaparecieron.

En el terreno numismático, se han encontrado monedas de varios emperadores; entre ellas una del emperador Gordiano (S. III) y otra de Julia Mammea, que por una de sus caras muestra la leyenda “Felicitas Publica”.

Lamentablemente, no existen datos que hablen del ocaso de Bercicalia, que ya en el siglo XVII tan sólo era un paraje del que se decía que era un lugar perfecto para edificar una población, pues se encontraban en la zona copiosas fuentes de agua y un arroyo suficientemente caudaloso para regar las vegas que se extienden a uno y otro lado, produciendo abundantes pastos y donde crecían numerosas hierbas medicinales conservadas todo el año por no marchitarlas las escarchas.

Y eso es hoy Bercicalia, un paraje donde la única construcción existente es la ermita de Berciana, del siglo XVI, levantada en conmemoración de la aparición de la Virgen en 1270, pero esa es otra historia…


[1] Juez.


Obras públicas en la provincia de Toledo durante el año 1866

Publicado en la revista Camarus, junio 2013

En un periodo complicado como el que nos encontramos, donde el sector privado cae en picado y algunas voces advierten que el fomento de la inversión pública es fundamental para el crecimiento económico (aunque la política actual va en otra dirección), encontramos en el pasado una vez más, ejemplos de cómo en épocas mucho más complejas, se tomaron medidas en esta dirección.

Así, en el marco de la guerra del pacífico, que enfrentó a España contra Chile, Ecuador, Perú y Bolivia vemos publicado en el periódico toledano “El Tajo” del 10 de octubre de 1866 las siguientes obras públicas:

…Entre los proyectos estudiados o examinados por el Sr. Arquitecto provincial y que se hallan pendientes la mayor parte de realización en las corporaciones respectivas, figuran los siguientes:

-Hospitales. Proyecto de construcción de dos salas de enfermería para ensanche del de la Misericordia de esta capital. – Correos. Reparación y mejora de la casa administración de Talavera. – Escuelas. La de niñas del pueblo de Méntrida. Las de ambos sexos con habitaciones para los maestros en el antiguo hospital de San Diego en Ajofrin. La de niñas en Almoróx. La de ídem y habitaciones para los maestros en Noblejas, cuya obra se está concluyendo. Las de ambos sexos ídem ídem en Sonseca, cuyo proyecto si se ejecuta podrá servir de modelo para la provincia. Las de igual clase e importancia en Villarrubia de Santiago. La de niños con habitación para el maestro en Villafranca de los Caballeros, otra ídem ídem para Torrijos, otra ídem ídem para Nombela, otra ídem ídem para Madridejos. Dos ídem para niñas en Villacañas. – Mataderos. Proyecto de uno de nueva planta para Yébenes, otro ídem ídem para Añover de Tajo, que se halla en construcción. – Pontones. Proyecto de uno sobre el rio Amarguillo en Urda, ídem ídem en la calle del Villar en Mora. –Casas Consistoriales. Proyecto de reconstrucción y mejora de las de Méntrida, con cárcel y habitaciones para un alguacil, ídem de nueva planta de las de Polán, que se hallan en construcción, ídem de reparación de las de Casasbuenas, en construcción, ídem de nueva planta en Seseña, terminadas y pendientes de recepción, ídem de reforma y reparación de las de Cuerva, en construcción y próximas a terminarse, ídem de reedificación de las de Guadamur, cuya subasta ya se ha verificado, ídem  ídem de las de Maqueda, ya terminada, ídem de reforma y reparación de las de Madridejos, ídem ídem de las de Val de Santo Domingo, ya terminadas, ídem de una torre para la colocación del reloj de villa en Santa Cruz de la Zarza. –Abastecimiento de aguas. Proyecto para Navahermosa de surtido de aguas potables de los valles de Valtravesillo, ídem de ídem para Arcicóllar, en estado de próxima terminación, ídem de ídem para lavaderos públicos en Villaluenga, ídem de reparación y mejora de la fuente principal de Noblejas, en construcción. –Cárceles de partido. Proyecto de reforma y ensanche de la de Navahermosa. –Cementerios. Proyecto de uno nuevo con capilla, sala de autopsias y depósito mortuorio, etc. Para el pueblo de Bargas, otro ídem ídem con las mismas dependencias para Illescas, otro ídem sin capilla para el Carpio, otro ídem para Manzaneque, otro ídem para Cobisa, en construcción, otro ídem ídem para Almoróx, ya terminado. – Alineaciones. Proyecto de construcción de tres manzanas de casas en Nambroca, otro ídem para otras tres manzanas y formación de plaza en Espinoso del rey, otro ídem de alineación de una calle en Cabañas de la Sagra. Empedrado de calles en Val de Santo Domingo, cuya obra está terminada.

 –Planos de proyectos ya estudiados, pero detenidos hasta la conclusión de sus presupuestos y condiciones. –Cementerios. El anteproyecto del de Talavera de la Reina con su capilla, un depósito para los cadáveres en observación, otro ídem para los que den señales de descomposición, sala de autopsias, habitaciones del capellán, sepulturero y jardinero, surtido de aguas para las plantaciones y demarcación de sepulturas generales y terrenos enajenables a perpetuidad. -Cárceles de partido. Proyecto de la de Talavera con depósito municipal, cuyo anteproyecto se halla ya aprobado por el gobierno de S.M. otro ídem ídem para el de Escalona, otro ídem ídem para el de Torrijos, otro ídem ídem para el del Puente del  Arzobispo. –Paseos. Proyecto del de San Cristóbal en esta capital con bajada al del tránsito. – Abastecimiento de aguas. Proyecto del surtido de aguas potables para la villa de Orgáz, conduciéndolas desde el sitio titulado Cabeza-gorda, otro ídem ídem para Espinoso del Rey, desde el arroyo de la Garganta, otro ídem ídem en estado de terminar su presupuesto y condiciones para Santa Olalla.

–Proyectos pendientes de estudios y tomados los datos. Proyectos de escuelas de ambos sexos y habitaciones para los maestros en Alcaudete de la Jara, ídem de ídem en Valmojado, ídem de Casas Consistoriales en ídem ídem de reedificación de las de Menasalbas, ídem de surtido de aguas potables para Nombela, ídem de reforma y mejora de las escuelas de Cebolla, ídem de construcción de lavaderos y tendederos en los establecimientos reunidos de San Pedro Mártir, ídem de reedificación de las Casas Consistoriales de Marjaliza.”


martes, 10 de junio de 2014

Proceso de fe contra el alcalde de Fuensalida

Publicado en la revista Camarus, abril 2013

La reciente elección de quien debe guiar los pasos de una iglesia tocada en un contexto nada favorable, trae como en ocasiones anteriores, numerosas esperanzas y expectativas. En definitiva, vuelven a abrirse los debates teológicos y sociales entre quienes se preguntan si será el nuevo pontífice quien impulse las reformas que la iglesia católica necesita y quienes cuestionan esta figura.

Durante la revolución francesa, la nueva mentalidad chocó duramente con el estatus de la iglesia católica del momento, motivando la erradicación de su autoridad y sus privilegios, lo que provocó la condena del papa Pío VI (pontífice desde 1775 hasta 1799) ante la nueva situación.

Y en este contexto, encontramos en 1794 a Pedro Revilla, quien años más tarde sería alcalde de Fuensalida, debatiendo sobre diversas cuestiones de fe que le llevarían ante el tribunal de la inquisición.

En aquella época,  era un estudiante de leyes en la universidad de Valladolid, que posiblemente inspirado por el ambiente intelectual universitario y las influencias de la revolución francesa, mantuvo algunos debates ante parientes y amigos donde se atrevió a lanzar una serie de pensamientos que cuestionaban algunos principios religiosos, lo que desató las críticas de sus parientes y que su “amigo” Manuel Vindel, joven cirujano de la villa de San Esteban de Gormaz lo delatara ante el tribunal de la inquisición de Valladolid.

Entre las proposiciones que supuestamente habría proferido Revilla se indicaba: 1º Dios creó al hombre libre, y como tal debe este sacudir el yugo y dominio de todo príncipe secular, puesto que se llama libre en cuanto no conoce superior alguno. 2º el pontífice no tiene facultad para conceder indulgencias por que en tal caso se equivocaría con Cristo y al consiguiente no hay indulgencias. 3º no se debe dar adoración a ningún santo, solo a Cristo y a María santísima, porque el pontífice es hombre y como tal puede errar en la canonización, como también en las demás cosas.

Su delator declaró ante el fiscal que estos planteamientos los había repetido Revilla en 3 ocasiones y siempre en su casa natal de San Esteban de Gormaz (Soria); primero ante su madre Ana Langa, su tío Manuel Langa y su hermano José Revilla, la segunda estando presente su tío fray Francisco de Langa, lector de moral en el convento del padre Francisco en la misma población y la tercera en presencia de su madre, que siempre reprendió sus palabras y D. Patricio Martínez, médico titular de la citada villa. Y explicó que pensaba que no es que el acusado dijera esas proposiciones porque realmente estuviera de acuerdo con ellas, sino porque como era un sujeto “de poca instrucción” quiso acreditar que era de entendimiento sobresaliente vertiendo tales proposiciones  que defendía un tal D. Gregorio Vicente. Y añadió a su declaración que  incluso le había oído decir en otra ocasión “que la alma de los brutos era más racional que nuestra misma alma”.[i]

Se examinaron los testigos que dieron veracidad a la mayoría de lo expuesto por el delator, pero quedó  parado el sumario desde enero de 1795 por desconocerse el paradero del acusado hasta julio de 1805 en que se averiguó que se encontraba en la villa de Boñal (León) donde ejercía como alcalde mayor.

Y tras realizarse algunas pesquisas, acordó el tribunal, por auto de 2 de mayo de 1807 se diera comisión al arcediano de Soria para que con disimulo compareciese ante el delatado y le hiciese una “advertencia sobre las proposiciones para que en lo sucesivo se abstuviese de ellas, y cualquier otra semejantes”, pero en el momento de hacer la comisión efectiva, el 9 de febrero de 1808 el arcediano comunicó al juzgado que no se podría llevar a cabo puesto que Revilla se había casado y establecido en Fuensalida con empleo de corregidor. En vista de la nueva situación se solicitó informe al tribunal de Toledo sobre la conducta moral  del acusado. En los informes recibidos, se indicaba que “se lo estaba notado de algo precipitado en sus expresiones y modo de tratar a los reos o vecinos cuando se ofrecían materias de justicia y que no había oído quejas sobre otras materias o asuntos en que hubiese podido faltar”.

El proceso finaliza con un auto del 4 de agosto de 1808 (14 años después de producidos los hechos) en el que se indica se ejecute y cumpla lo acordado en 2 de mayo de 1807, esto es; que se advirtiera a Pedro Revilla de no hacer ese tipo de exposiciones.

Aunque hoy día nadie se escandalizaría ante estos planteamientos y menos a la luz de las últimas noticias que hablan de hechos fraudulentos o sospechosos en las vidas de algunas personas canonizadas en los últimos años (entre otros la madre Teresa de Calcuta),  a finales del s. XVIII y principios del XIX podían ser justificación suficiente para acabar en la cárcel. Quizás el hecho de que en el momento de la sentencia el inculpado tenía cierto peso por su trayectoria como alcalde de varios municipios, entre ellos Fuensalida, donde ejercía, además de contar con parientes dentro de la iglesia, pudo influir en que su caso quedara tan sólo en la mencionada advertencia.

Documento original: Inquisición, 3734, Exp.309 - Archivo Histórico Nacional



[i] En el siglo XVII surgieron algunos autores que realizaron tratados filosóficos sobre la racionalidad de los animales (“los brutos”), donde entre otros argumentos se proclamaba que los animales tienen una cierta racionalidad y un alma espiritual pero en menor grado que la del hombre.